Desde diferentes ramas del trabajo sexual, como operadoras sexuales, escorts, strippers y actrices porno, cuentan sus experiencias con la salud mental de los hombres, demostrando parte de las afectaciones por la masculinidad hegemónica.
¿Es posible otra masculinidad? Juan Pablo Iozzia sostiene que sí, que urge. Claro que urge, una comprometida con la igualdad, que elimine la violencia hacia las mujeres y contribuya a la formación de identidades de género. Para lograrlo, dice, es necesario analizar el vínculo que tienen con las mujeres.
A partir del texto original de Kali Halloway Masculinity is Killing Men: The Roots of Men and Trauma, se señala lo dañino de la construcción de lo masculino y lo femenino. Los conceptos, los atributos, las cifras, las emociones, las diferencias. Dentro de estos párrafos se busca dimensionar la influencia de las imágenes y los mensajes sobre masculinidad implícitos en el entorno. Para lograrlo recurre a fuentes estadísticas y académicas.
Si los hombres han renunciado a expresar su parte emocional, y desde pequeños deben actuar acorde a lo “masculino”, es importante que se deconstruyan para vencer el sistema patriarcal. Así lo expone Josep Giralt, en EL PAÍS, por medio de sus experiencias: perdidas, infancia, educación y contexto social.