En muchos de los países donde se practica la mutilación genital femenina, se considera una norma social profundamente arraigada en la desigualdad de género. Existen diversas razones por las que se practica. En algunos casos, se considera un rito de iniciación a la madurez; en otros, es una forma de controlar la sexualidad de la mujer. Muchas comunidades practican la mutilación genital porque creen que garantiza el desarrollo adecuado de la niña, su matrimonio en el futuro y el honor de su familia. Otras también la asocian a creencias religiosas, si bien no existen escritos religiosos que obliguen a practicarla.
Es la resección parcial o total del clítoris y en casos muy infrecuentes, solo del prepucio. En el siglo XIX se practicó la clitoridectomía o extirpación del clítoris para tratar la epilepsia, la locura, la catalepsia y la histeria. En la época victoriana, el ginecólogo Isaac Baker Brown, especialista en enfermedades de mujeres y fundador de la casa londinense quirúrgica de la mujer, realizó innumerables clitoridectomías, hasta que la sociedad obstétrica de Londres lo expulsó por realizar las extirpaciones sin el consentimiento de las pacientes.
“Al menos 200 millones de niñas y mujeres han sido sometidas a la mutilación genital femenina, la resección parcial o total de los genitales externos. Esta práctica puede causar complicaciones de salud inmediatas y secuelas físicas y psicológicas para toda la vida.”
El Informe de Amnistía Internacional sobre la mutilación genital femenina y los derechos humanos busca visibilizar la práctica como violación de derechos humanos y explicar las normas internacionales de DDHH y las iniciativas de la ONU.
La mutilación genital femenina (MGF) incluye procedimientos que alteran o causan intencionadamente lesiones en los órganos genitales femeninos por motivos no médicos. Además del dolor físico y psicológico extremo, la práctica conlleva muchos riesgos sanitarios, entre ellos la muerte. Más de 200 millones de mujeres y niñas vivas actualmente han sido objeto de la MGF en los 30 países de África, Oriente Medio y Asia donde se concentra esta práctica. En la mayoría de los casos se practican en la infancia, en algún momento entre la lactancia y los 15 años. La MGF es una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas.
Nice Nailantei es una activista de una comunidad Maasai en Kenia. Ella ha buscado persuadir a su comunidad para prohibir la MGF en las diferentes comunidades Maasai en Kenia y Tanzania.